Una, dos, tres, cinco, diez, quince, veinte.... Así día tras día. Mañana, tarde y noche. Llamadas sin sentido, llamadas sin voz al otro lado, que me dejan sin aliento, que me quitan el sueño.
Una, diez, veinte. Día tras día y vuelta a empezar. Silencio al otro lado, llamada bloqueada.
Nada hablas, nada dices, pero se que eres tú. Conmigo no vas a poder. Te buscaré, te encontraré, te convertiré en el silencio más grande con el que me haya encontrado.
Hoy te tengo frente a mi. Sin rencores, y sin miedos. Hoy termina la agonía, la pesadilla en la que te has convertido. Hoy vuelvo a respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario