Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
Bienvenidos a mi rincón.
Myriam Luna.

martes, 28 de abril de 2020

Llenaré tus días de vida, de Jackie Valand

Descubrí este libro por casualidad, sin saber muy bien que andaba buscando por la red. Aunque quizás lo que buscaba sin saber era a Jackie Valand.

Debo reconocer que no leí la sinopsis y me dejé llevar. Me bastó el título para dejarme arrastrar, ¿quién no lo haría? ¿quién no querría que llenaran sus días de vida?

Llenaré tus días de vida nos lleva de viaje a lo largo de Rusia en el transiberiano, de la mano de Dakota y Chiara, pero sobre todo es un viaje por la vida.

Dakota, una escritora que vive sin ataduras, libre, independiente, buscando la inspiración en cada rincón.

Chiara, es energía en estado puro, un volcán en erupción con ansias de vivir.

Dakota y Chiara. Son dos miradas miradas libres, cada cuál a su manera y a su ritmo. Dos miradas que se buscan sin saberlo, o tal vez si, y nunca fueron conscientes. Dos corazones cargados de vida. Dos vidas que nos arrastrarán a lo largo de estas páginas por un viaje único e irrepetible, un viaje lleno de locuras pero también de miedos, que atrapan desde el principio, y que cada cuál a su manera acaban enamorándote.

Chiara y Dakota te harán sentir y vivir su viaje, pero quizá lo mas importante es que consiguen que viajes dentro de ti, a tu propio interior, hacerte pensar y volver a descubrirte.

Si me aceptáis un consejo, daros el gusto de conocerlas, y daros el gusto de descubriros. No os arrepentiréis.





Si quieres saber más sobre Jackie Valand 



jueves, 16 de abril de 2020

DIARIO INTERRUMPIDO (Última parte)

Jueves, 11 de marzo de 2004

Son las 7:00 de la mañana, quedan aún unos minutos para que llegue el tren. Sé que estoy perdiendo el tiempo, todavía no me he atrevido a hablar con ella, hoy lo tengo que hacer. Me dirás que soy una cobarde, y tienes razón. Tengo miedo. ¿Y si después de todo descubre que ha estado jugando conmigo?, eso me destrozaría… pero debo vencer el miedo, he de ser valiente.

Ya llega el tren, en menos de 20 minutos la vuelvo a ver, entonces le hablaré, pero ¿Qué le diré?... mejor no pienses tanto y deja que sea tu corazón el que hable, y sobre todo relájate, si empiezas a tartamudear no te va a entender.

Respira hondo y cuenta hasta 3, ya verás cómo te sientes mejor y los nervios desaparecen. ¡Oh¡ si claro Diario, como si fuera tan fácil, a ver cómo te sentías tu si estuvieras en mi pellejo… ¡Qué suerte la tuya que no tienes vida propia que vives de la mía!

Ya llegamos a su estación, ya está entrando en el andén. Y allí está, en el mismo sitio, en el mismo lugar, tan hermosa como siempre. El pánico se está apoderando de mí, pero ya no puedo echar atrás. Es momento de que empecemos a hablar.

Ya me ha visto, sabe que siempre estoy en la misma puerta del segundo vagón. Me tiemblan tanto las piernas que parece que me voy a caer. Se cierran las puertas del vagón a sus espaldas, la miro, me mira, la sonrío, me sonríe. Me armo de valor, Avanzo hasta ella. Y con todo el valor que puedo conseguir:

-Hola, buenos días.
-Buenos días… Por fin te decidiste, ya creí que nunca me hablarías. -De nuevo me sonrojo, el fuego en mi cara se refleja. Me sonríe y acaricia mi cara con su mano.
-No importa, no te sonrojes, yo tampoco me atreví. Por cierto me llamo Alba.
-Yo me llamo Alba, y no puedo evitar sonrojarme…

Ya hemos roto el hielo. Hablamos, reímos… Acaricia mi mano con suavidad, me excita el contacto de su piel. De repente me abraza, me besa en la mejilla, me despeina la melena.
Miro por la ventana, perdí la orientación. Deseo que el tren se pare, que se detenga y que no avance. Daría lo que fuera en este por poder para el tiempo, no quiero dejar de estar un minuto con ELLA, con ALBA.

Hemos pasado Asamblea de Madrid. No hay más paradas, la siguiente es nuestro destino.
Me mira con ternura. Me coge de la mano y con voz tiembla me dice:

-No sé lo que nos pasa pero siento que estamos conectadas.
-Yo así lo siento desde el mismo momento en que te vi.

Y en un segundo… ruido, caos, oscuridad, el horror…
No sé lo que ha pasado, hemos saltado por los aires, el tren ha reventado. Me duela la cabeza, ¿con que me golpee? Los oídos, casi no puedo oír.

-¡¡¡ALBA!!! ¡¡¡¡ALBA!!!! ¿¿¿¿DONDE ESTÁS????
No la encuentro, ¿dónde está?
-¿¿¿ANA???

Allí está. Ya la veo. Esta sangrando por la cabeza, dice que apenas siente las piernas. Intento levantar, pero no puedo con ella. Pido ayuda, pero hay demasiado caos, demasiada gente herida.

Las lágrimas se deslizan por mi cara, no me puedo contener. Me siento a su lado en el suelo, La sostengo entre mis brazos.

-Tranquila mi amor, te vas a poner bien. Pronto nos sacarán de aquí.
-Lo sé mi vida, lo sé. Tenemos mucho que vivir.

Siento que su vida se le escapa. Acaricio su hermoso rostro cubierto por la sangre…
-TE AMO
-LO SE, YO TAMBIÉN TE AMO.
Y en un suspiro, me regaló su último latido…

Se llamaba Alba. Tenía 23 años, estudiaba periodismo en la Universidad Autónoma de Madrid. Nació en Irlanda, vivió en Zaragoza, ya hora en Madrid desde los 14. Tenía dos hermanos gemelos, dos chicos más pequeños que ella. Le encantaba escribir poemas, historias y cuentos. Poco más se de ella, en tan sólo un segundo para siempre la perdí en la explosión de la calle Tellez.

Por no actuar a tiempo… todo lo que no podré vivir…
Nunca la podré olvidar.



Poema Póstumo

Luces de agua en la mirada que se escapa,
vida que no les dejan vivir y que ansía,
hace de sus brazos una suave capa
quiere retenerla aún cuando no la conocía.
Yace con un latido que ya es despedida,
su tristeza es un grito que se cuela en las cenizas
lágrimas asombradas de la injusticia consentida,
su alma por el amor no tenido ya agoniza.
Ella, mirada ausente, le dice, mi niña adiós,
desde la nube seré tu brillante lucero,
seré el dulce encuentro, el reposo de las dos,
en la brisa cada día escucharás mi te quiero.
Entre cascotes, humos, gritos y lamentos,
se aferra a ella en canción desesperada,
no sabe cómo retenerla siquiera un momento,
a ella, su amor no tenido, su dulce amada.


Un consejo: Vive hoy, vive ahora. Un minuto después puede ser demasiado tarde.
7.37: Tres bombas explotan en el tren 21431 en vía 2 dentro de la estación de Atocha (no explotando simultáneamente). 7.38: Dos bombas explotan en el tren 21435 en la estación de El Pozo del Tío Raimundo. 7.38: Una bomba explota en el tren 21713 en la estación de Santa Eugenia. 7.39: Segundos más tarde, cuatro bombas explotan en el tren 17305 en la calle Téllez, 500 m antes de entrar en la estación de Atocha.



(A las víctimas, familias y amigos, y para aquellos que sentimos su dolor por dentro. Espero que os haya gustado. Gracias por leerlo)

DIARIO INTERRUMPIDO (Parte 9)

Viernes, 5 de marzo de 2004

Acabo de despertar, me doy la vuelta en la cama y ahí estás tú, mi niña, tan hermosa como siempre. Mirándome con cara divertida, te gusta verme dormir. Retiras de mi cara un mechón de cabello alborotado, acaricias mi rostro todavía adormilado, dibujas el contorno de mis labios con tus dedos, te acercas y me besas.

Nuestros labios se rozan, se tocan, se miman y se quieren. Nuestras lenguas se buscan y se juegan, en un enredo de pasiones se pierden. Me sujetas las manos mientras me besas y al oído me susurras que ahora ya soy tuya, y yo te digo que tuya soy y seré hasta que tú quieras que lo deje de ser.

A horcajadas te sientas en mi abdomen, me miras y te ríes, sabes lo que quieres hacer. Acaricias mis manos presas, mis dedos que te aclaman. Acaricias mis brazos dibujando un zigzag. Alcanzas mi cuello, para después llegar a mis senos. En ellos te entretienes teniéndome a tu merced. Me agitas, me estremeces, me sabes enloquecer.

¡¡¡¡¡¡PROXIMA PARADA ATOCHA RENFE!!!!!!


¡No puede ser! ¡Me he dormido! Qué vergüenza… Por favor, que ELLA no esté hoy.
Abro los ojos despacio, con toda la vergüenza que puede caber dentro de mi persona. Miro y ELLA está sentada frente a mí, tan cerca que casi la oigo respirar. Me mira con cara divertida, me sonríe con picardía.

El tren se detiene. Y yo recuerdo mi sueño, me acaloro, me sonrojo, mi rostro se convierte en una llamarada de fuego.

Me espera, salimos del vagón, me mira una y otra vez. Se echa a reír, ¿habrá adivinado el porqué de mi rubor? Sigue riendo, y yo, que ya no puedo más también me río de mi propio rubor. Nos reímos hasta hartar, hasta ya no poder más. De nuevo me sonríe, esa sonrisa que me vuelve loca.

Caminamos hasta las escaleras, la gente se interpone. Se gira, me mira, me sonríe, y entre el gentío de nuevo la vuelvo a perder.

DIARIO INTERRUMPIDO (parte 8)

Jueves mañana, 4 de marzo de 2004

Aún no he encontrado el valor suficiente para hablarle. ¿Y si piensa, que no merezco la pena, que no le intereso? No quiero que se lleve una decepción.

Me gusta esta sensación. Este amor tan nuevo que siento. Tengo ganas de comerme la vida, de comerme el mundo, pero hacerlo con ELLA. Compartir mi vida, mi mundo con ELLA.

Quiero decirle tantas cosas, preguntarle tantas cosas, y al mismo siento que nos sobran las palabras, que nuestras miradas se hablan, que con ellas nos basta.

Compartimos un vagón de tren como si fuera nuestro mundo particular, nos reímos de nosotras mismas, de las picardías de nuestras miradas. Me provoca y la provoco, no nos importan los demás, porque no hay nadie más. La miro y me río, me mira y se ríe, nos reímos de nuestras propias provocaciones, de lo que dicen nuestras miradas. Pero que ganas de gritar, dejemos ya de jugar y empecemos a bailar.

El trayecto se acaba, llega a su fin. Los pasajeros se levantan, nosotras esperamos, deseamos alargar el momento, esperar para separarnos. Ya debemos bajar o el tren volverá a salir. No dejamos de mirarnos. Y saliendo del vagón, con un pie en el andén, posa su mano en la mía, casi una caricia. Un hasta mañana en su mirada, un no me falles, te estaré esperando. Sale corriendo por el andén, de nuevo la volví a perder.



Jueves tarde, 4 de marzo de 2004

Esta mañana, tras salir del vagón me dio una nota antes de salir corriendo pero me quedé paralizada al sentir el roce de su mano en la mía y no pude reaccionar, antes de darme cuenta había desaparecido de mi vista. ¿Qué diría la nota?, ¿su nombre?, ¿su teléfono? No podía esperar más y sin moverme ni un centímetro de donde estaba en el andén me dispuse a leer la nota. No podía creer lo que estaba leyendo, de nuevo era un poema y esta vez estaba claro que era para mí, no cabía ninguna duda, me la había dado en mano.

Es hermosa, de sonrisa de picara dulzura, de mirada de una sensual intensidad, y ahora descubro que también es una gran poeta. Júzgalo tú mismo Mi Diario si no me ha regalado un gran poema.
Me miras como pidiendo,
tu mirada se despista en mí,
sé que me buscas ofreciendo
lo que está creciendo en ti.

Me desconcierta todo esto,
qué hacer, yo no lo sé,
pero en mi casa yo te pienso
y deseo verte otra vez.

Si deseas decirme algo,
te ruego que seas muy clara,
te aseguro que yo no valgo
para en algo no dar la cara.

Que me esperas es muy cierto,
que te busco tú lo sabes,
es así, nos hemos descubierto,
deseo que esta duda ya acabe.

Tu nombre yo desconozco,
qué haces, qué te importa,
estoy nerviosa, lo reconozco,
cuando se acerca la hora
y el tren llega a la estación
y lenta se abren las puertas,
me late fuerte el corazón
y mi cuerpo se pone en alerta.

Mañana aquí volveré
hazme el favor de hablarme
lo que desees aclararé
y esta obsesión podré quitarme
……


Ahora sí que ya no puedo esperar más. Mañana hablaré con ELLA, decididamente. Al menos decirle hola creo que podré, si es que me salen las palabras, porque ahora mismo tengo el estómago en un puño…

Me siento como una quinceañera descubriendo su primer amor, y que creo ahora sé lo que es amar de verdad, lo que es al amor en mismo, porque la realidad es que la amo. Nunca he sentido nada parecido, tan fuerte. Ahora entiendo porque mis relaciones con los chicos no me duraban, es que sencillamente no encajaba en ese estilo de vida, estaba viviendo una vida que no era mía.

Que curioso, en un trayecto rutinario a la universidad, me encontré a mí misma, encontré mi vida.