Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
Bienvenidos a mi rincón.
Myriam Luna.

jueves, 16 de abril de 2020

DIARIO INTERRUMPIDO (parte 8)

Jueves mañana, 4 de marzo de 2004

Aún no he encontrado el valor suficiente para hablarle. ¿Y si piensa, que no merezco la pena, que no le intereso? No quiero que se lleve una decepción.

Me gusta esta sensación. Este amor tan nuevo que siento. Tengo ganas de comerme la vida, de comerme el mundo, pero hacerlo con ELLA. Compartir mi vida, mi mundo con ELLA.

Quiero decirle tantas cosas, preguntarle tantas cosas, y al mismo siento que nos sobran las palabras, que nuestras miradas se hablan, que con ellas nos basta.

Compartimos un vagón de tren como si fuera nuestro mundo particular, nos reímos de nosotras mismas, de las picardías de nuestras miradas. Me provoca y la provoco, no nos importan los demás, porque no hay nadie más. La miro y me río, me mira y se ríe, nos reímos de nuestras propias provocaciones, de lo que dicen nuestras miradas. Pero que ganas de gritar, dejemos ya de jugar y empecemos a bailar.

El trayecto se acaba, llega a su fin. Los pasajeros se levantan, nosotras esperamos, deseamos alargar el momento, esperar para separarnos. Ya debemos bajar o el tren volverá a salir. No dejamos de mirarnos. Y saliendo del vagón, con un pie en el andén, posa su mano en la mía, casi una caricia. Un hasta mañana en su mirada, un no me falles, te estaré esperando. Sale corriendo por el andén, de nuevo la volví a perder.



Jueves tarde, 4 de marzo de 2004

Esta mañana, tras salir del vagón me dio una nota antes de salir corriendo pero me quedé paralizada al sentir el roce de su mano en la mía y no pude reaccionar, antes de darme cuenta había desaparecido de mi vista. ¿Qué diría la nota?, ¿su nombre?, ¿su teléfono? No podía esperar más y sin moverme ni un centímetro de donde estaba en el andén me dispuse a leer la nota. No podía creer lo que estaba leyendo, de nuevo era un poema y esta vez estaba claro que era para mí, no cabía ninguna duda, me la había dado en mano.

Es hermosa, de sonrisa de picara dulzura, de mirada de una sensual intensidad, y ahora descubro que también es una gran poeta. Júzgalo tú mismo Mi Diario si no me ha regalado un gran poema.
Me miras como pidiendo,
tu mirada se despista en mí,
sé que me buscas ofreciendo
lo que está creciendo en ti.

Me desconcierta todo esto,
qué hacer, yo no lo sé,
pero en mi casa yo te pienso
y deseo verte otra vez.

Si deseas decirme algo,
te ruego que seas muy clara,
te aseguro que yo no valgo
para en algo no dar la cara.

Que me esperas es muy cierto,
que te busco tú lo sabes,
es así, nos hemos descubierto,
deseo que esta duda ya acabe.

Tu nombre yo desconozco,
qué haces, qué te importa,
estoy nerviosa, lo reconozco,
cuando se acerca la hora
y el tren llega a la estación
y lenta se abren las puertas,
me late fuerte el corazón
y mi cuerpo se pone en alerta.

Mañana aquí volveré
hazme el favor de hablarme
lo que desees aclararé
y esta obsesión podré quitarme
……


Ahora sí que ya no puedo esperar más. Mañana hablaré con ELLA, decididamente. Al menos decirle hola creo que podré, si es que me salen las palabras, porque ahora mismo tengo el estómago en un puño…

Me siento como una quinceañera descubriendo su primer amor, y que creo ahora sé lo que es amar de verdad, lo que es al amor en mismo, porque la realidad es que la amo. Nunca he sentido nada parecido, tan fuerte. Ahora entiendo porque mis relaciones con los chicos no me duraban, es que sencillamente no encajaba en ese estilo de vida, estaba viviendo una vida que no era mía.

Que curioso, en un trayecto rutinario a la universidad, me encontré a mí misma, encontré mi vida.

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