Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
Bienvenidos a mi rincón.
Myriam Luna.

jueves, 21 de mayo de 2020

Por las calles de Madrid (Serie Eva y María, 6)

  
 
Camino despacio, lenta, muy lentamente. Mis pensamientos perdidos, nuevamente me llevan hasta el mismo lugar.
 

    Siento que estoy en el lugar equivocado, y en una época que no me corresponde. Un silencio atronador me rodea, sólo el sonido de la lluvia me acompaña. Han pasado dos meses desde entonces, desde el momento en que nos dimos nuestro último abrazo, nuestro último beso. 

    Hay un vacío enorme que se apodera día tras día de mí. Echo de menos tus risas, tus manos al contacto con mi piel. 

     Han pasado dos meses y parece que fue ayer cuando te vi por última vez. Han pasado dos meses y también siento como si hubiera pasado un año, entre llanto se me ha ido escurriendo la vida entre las manos.
 
     Te extraño en mis noches solitarias, en mis despertares vacíos de toda motivación, en mis anodinos días que van y vienen sin más.

     Camino sin rumbo por estas calles solitarias o quizá soy yo la que se siente solitaria entre una invisible muchedumbre... 

     Ahora son estas calles de Madrid mi refugio, donde poco a poco me voy encontrando en medio de este vacío. Y este vacío aunque no quiera se llena con tus recuerdos, porque tú sigues siendo mi motor. Y me duele, me duele recordarte, recordarme a mi misma viéndote marchar, rompiéndome por dentro en mil pedazos sin saber si aquella sería la última vez. Te vi marchar esperando que en algún momento decidieras luchar pero ni siquiera volviste la vista atrás, seguiste tu camino. Pero no te culpo, tampoco actué como debiera contigo, no fui del todo sincera. Nunca amé a nadie como lo hice contigo y no fui capaz de decirlo y menos aún de demostrarlo. Fui tan dura contigo, tan cruel, que entiendo que desaparecieras, tenías todo el derecho a hacerlo. 

     Y ahora aquí estoy en un Madrid vacío y desierto, buscándote en cualquier rincón, o en el reflejo de un escaparate porque sólo puedes tú ayudarme a dar sentido a mis días. Y espero que no sea tarde para demostrarte que solo eres tú, eres tu Eva, sólo tú.
 
     Una vez me contaste al borde de una piscina que sentías como si alguien estuviera dentro de tu cabeza intentando saber de ti y de mí, ahora entiendo que querías decir con ello. Porque ahora yo siento eso mismo mientras hablo, y hablo, y pienso, y siento. 

     ¿Y si fueras tú? ¿Y ahora mismo estás pensando en mí y por azares de la mente que desconocemos acabamos de conectarnos? Quién sabe si ésta es nuestra oportunidad para volver a descubrirnos, y yo voy a aprovecharla.

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