Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
Bienvenidos a mi rincón.
Myriam Luna.

domingo, 14 de julio de 2019

AKELARRE

Un fin de semana después de un mes. Ya nos hacía falta hacer una escapada. Llevamos casi tres meses planeándolo, cuatro días de acampada en las Lagunas de Ruidera. Este año ha llovido bastante y hay suficiente agua para darse unos buenos baños, y con este tiempo ya va apeteciendo.

Está vez casi hemos conseguido reunirnos todas, no siempre es fácil. Cada de un punto diferente de la península, pero casi lo hemos conseguido. Esta vez nada podría salir.

Cruz, Moi, Ana, Sandra, Moni, Peri, Ángeles, Flor... Faltaba Sara, también G, pero aunque no estuvieran físicamente estaban en nuestro corazón, estaban sin estar.

Está todo preparado para el ritual. A la hora señalada nos pondremos en marcha, a las 00:00 horas en punto.

Queda apenas una hora. Nos toca ahora a nosotras prepararnos. Nos quitamos lo ropa, nos desnudamos por completo y nos vestimos una túnica blanca que deja traslucir toda la silueta con la luz de la luna llena, también una máscara para evitar ser identificadas durante el rito.

Caminamos pausadamente, una detrás de otra. Sin prisas para no ahuyentar la noche ni su esencia. En la explanada, una media luna dibujada con piedras marca nuestro destino donde yace nuestra ofrenda lista para el sacrificio.

Brazos en cruz, piernas abiertas, el cuerpo medio desnudo de Barto ante nosotras listo para nuestros ritual. Sobre su abdomen un puñal, el puñal de Esora6, siempre el mismo puñal desde el inicio de los tiempos del Akelarre. A su lado, cortejando su cuerpo el hacha de la monarca.

Barto es una buena ofrenda. Chico fuerte y sano, justo lo que necesitamos. No puede reconocernos. Está tembloroso, teme su destino, ha sido avisado tantas veces y el pobre incrédulo nos creía de broma... Nuestra primera víctima del grupo para el mercado negro de órganos, hay que pensar en el futuro.

Se acerca la hora, apenas cinco minutos. Nos Vamos acercando, estrechando el círculo. Nos arrodillamos una a una, siguiendo el sentido inverso a las agujas del reloj. Y una a una vamos poniendo nuestra mano sobre el puñal sosteniéndolo en el aire a la altura de su corazón.

Moi, queda al mando del puñal por su destreza. Desciende lentamente el puñal, no es el momento aún, faltan apenas unos segundos. Mientras, con mirada lasciva Acaricia el abdomen de Barto con el filo del puñal hasta llegar a su pecho y rozar levemente uno de sus pezones con la punta del puñal. En ese instante el canto de un búho nos indica que ha llegado el momento: las 00:00

Eleva el puñal y...

Son las 00:00 cuando Barto despierta sudoroso y agitado en la cama. Todo ha sido una pesadilla: -¡Joder con el Akelarre! vaya nochecita me han dado...


(RETO 1)

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