Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
Bienvenidos a mi rincón.
Myriam Luna.

domingo, 14 de julio de 2019

EL CHICO DEL JERSEY ROJO

Era un viernes cualquiera, de un invierno cualquiera, de hace unos cuantos años. Era uno de esos días que tenía ganas de fiesta y juerga salvaje hasta el amanecer, ir de corrido a trabajar y sin dormir.

Llevábamos unos cuantos locales recorridos y terminamos en uno de los pocos que todavía quedaban abiertos a esas horas de la madrugada por la zona, el Camelot.
Este local era de los pocos que me gustaba para terminar la noche, buena música y buen ambiente, y no excesiva gente.

Entre con mis amigas dispuesta a gastar la noche lo mejor que pidiéramos. Fuimos directas a la barra a pedir unos gintonic. Mientras esperábamos que viniera a atendernos el camarero, le vi, allí estaba él sonriente, pasándolo bien con sus amigos. Un rubio imponente que me hizo revolotear todo el cuerpo. No podía dejar de mirarle. Me tenía hipnotizada.

Estaba totalmente eclipsada por sus miradas furtivas. Pero al tiempo renegaba de mi misma por esas miradas tan descaradas y ese revoloteo en mi estómago. ¿Cómo puedo estar fijándome en un rubio? A mí no me gustan los rubios, por favor.... Me gustan los morenazos de ojos verdes, me ponen a rabiar, ¿pero un rubio?

¿Pero qué coño hago yo mirando a un rubio de ojos azules con ganas de comérmelo entero y sin piedad ninguna? Este chico del jersey rojo me tiene trastornada.
Cada vez nos miramos más de seguido, y con miradas más intensas. Parece que nos estuviéramos quedando solos aunque estemos rodeados de gente. La gente va desapareciendo poco a poco, desvaneciéndose, hasta quedarnos solos. Él y yo, nadie más en todo el local.

El chico del jersey rojo me excita con solo mirarle.


Ahí está, él y yo solos...me atrae demasiado para ser rubio. Yo que siempre he sentido atracción por los morenos, pero algo me dice que va a ser diferente...

Estamos solos, pero la música sigue sonando, se ha ido todo el mundo, hasta mis amigas.
Y él me mira de esa manera...y yo le miro...dios como arden las miradas.

Suena una música maravillosa para bailar, y sin dudarlo yo sola comienzo a moverme, sensual...disfrutando de los acordes de la música...no miro si él está mirándome. Solo disfruto del momento, con libertad...

Llevo un rato bailando y siento una presencia cerca de mí, estoy con los ojos cerrados, pero le siento. Se coloca tras de mí, y me agarra de la cintura.

Y comienza a bailar conmigo… y como baila… Es como hacer sexo con el baile....yo le sigo, el me marca el ritmo. Pasamos mucho rato así, parece que le gusta tanto como a mi bailar...disfrutamos del momento. En un momento dado se acerca a mi cuello y comienza a besarme, no sé por qué, sin pensarlo me dejo besar, me siento cómoda.

Noto su respiración, su olor, su tacto... Este rubiales me está haciendo perder la cabeza...
Me susurra al oído: -me llamo Ismael, ¿Cómo te llamas tú?

Si consigo articular palabra conseguiré decirle mi nombre...

Me doy la vuelta, le miro a los ojos y le digo con toda la firmeza que puedo: -me llamo Sandra.

-Encantada- , -encantado- decimos a la vez y nos reímos...
Es una sensación extraña, estamos cómodos los dos.

Me coge con sus grandes manos, agarra mi cara y me da un apasionado beso...Dios… Que labios carnosos... que lengua juguetona... esas manos recorriendo mi cuello.. .mis brazos... mi espalda.... seguimos bailando, parece que somos uno....

Para un momento y me dice: voy a cerrar el local. ¿Te quedas conmigo?

Dudo unos instantes, pero que narices, solo se vive una vez. - Si, me quedo contigo.

Vuelve y me pone una copa...baja el volumen de la música y se acerca a mí. Seguimos bailando, me pongo delante de él, de espaldas y noto su sexo en mi culo –wowww- Digo para mis adentros.

¡ismael como está… ufff! me da la vuelta de un giro y me sube al taburete...abre mis piernas y se mete entre ellas, comienza a besarme, la boca, el cuello. Noto su respiración, su olor. Baja mis tirantes del vestido y lo deja caer dejando al descubierto mis pechos. No esperaba que no llevara sujetador.

Los mira con lascivia y se acerca a ellos a acariciarlos y lamerlos... joder como me excita. En un momento le quito el Jersey rojo y descubro su cuerpo atlético. Un cuerpo listo para pecar...mmm
Le beso. Le acaricio... pero quiero ver como esta de excitado por y para mí.
Le desabrocho el pantalón, y ahí está... me agacho y comienzo a lamer, a chupar y a jugar con ese juguete que es ahora todo para mí. Mientras le miro a los ojos, que placer produce dar placer.

Hace que pare, me levanta, me quita el vestido del todo dejándome solo con mi minúsculo tanga. Me coge del culo y me sube a la barra del bar. Me quita el tanga y me abre las piernas. Me mira a los ojos: -voy a darte todo el placer con mi boca, quiero que te corras para mí y beber tus jugos de placer-.y sin más hunde su cabeza en mí... Dios que dominio de la lengua, de los dedos. Me corro enseguida, estoy muy excitada pero quiero más, sé que él me va a dar mucho placer...me baja de la barra y me lleva a la parte de atrás. Hay una especie de despacho. Como me gusta.

Tiene un sofá. Le pido que se siente, quiero subir sobre él, sentir toda su polla dentro de mí, me acomodo sobre él y comienzo a moverme. Joder... me llena toda de su polla, siento como estoy llena, nos besamos. Me muevo cada vez más deprisa, pasamos al sexo un poco más duro...nos gusta a los dos...nos miramos a los ojos y sabemos que estamos disfrutando por igual.

Cuando se corre, me mira: - Sandra, que placer, Que rico....

Nos tumbamos en el sofá, queremos seguir, pero necesitamos reponer fuerzas...





Relato a dos manos (Ana y Myri)

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