Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
Bienvenidos a mi rincón.
Myriam Luna.

jueves, 27 de octubre de 2011

Abuelo

Recuerdo abuelo, cuando de chiquita, me sentaba en tus rodillas para jugar contigo, para escucharte contar historias. Historias de cuando eras niño, de cuando conociste a la abuela, de la guerra civil, de la gran batalla del Ebro.
Recuerdo cuando nos llevabas en brazos a la cama. Nosotros te pedíamos, te hacías el duro, te resistías pero siempre cedías. Nos subías a la cama como a dos críos chicos, nos poníamos el pijama y nos arropabas con un beso y unas buenas noches.
También me viene a la mente cuando nos llevabas al huerto para ayudarte a recoger las patatas y nosotros pobres críos de ciudad, incultos en el campo, inocentes y torpes, pisábamos donde no habíamos de pisar y sin querer echábamos a perder las hortalizas que estaban por crecer. Y tú, abuelo, como siempre nos echabas la bronca y nos enseñabas a movernos por el campo, y con los años le fuimos cogiendo el gusto a acompañarte a ir a la huerta.
Ahora es tu biznieto quien se sienta en tus rodillas buscando tus juegos y tus historias, pero tu abuelo, que andas perdido en tu memoria y vuelves a ser un niño, no eres capaz de responder, pero a él no le importa, con abrazarte ya se conforma.
Hoy, abuelo, que andas de nuevo en tu niñez, vagando por tu memoria de infante. Hoy, abuelo, que la vida se te empieza a escapar de las manos, cuando ya no tienes las fuerzas necesarias para respirar. Hoy, abuelo, te quiero dar las gracias por todo lo que nos has dado, por todo lo aprendido de ti, por tus historias, por tus juegos, por tus cariños y también por tus broncas por nuestro mal hacer. Pero sobre todo abuelo, quiero darte las gracias por todo el amor que nos has dado y nos has enseñado a dar.
Te quiero abuelo, siempre vivirás en nuestra memoria.



(14/5/2009)

No hay comentarios:

Publicar un comentario