Soy quién soy pese a quién pese. Esa soy yo.
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Myriam Luna.

jueves, 27 de octubre de 2011

Mi ligue de anoche

Rondaban cerca de las tres y media de la mañana, apenas llevábamos una hora en la discoteca, aún intentando meternos en la situación de la misma pues he de decir que sinceramente la música no era de nuestro estilo, toda salsa y bachata, y demás, y no es que tengamos nada en contra pero a nosotros como que nos pega más el pachangueo español.

Pues así estábamos todos, los cuarenta que íbamos, con el primer cubata en la mano (eso si después de unas cuantas copas de sangría durante la cena) intentando mover los pies y el cuerpo al ritmo musical cuando, a la que aquí os escribe, un hombre o más bien personaje se le acerca buscando un poco de roce. ¡Ay señor, que momento! ¡Que bochorno! ¿Adivinan mi respuesta? De mi boca sólo pude articular, un NO GRACIAS toda llena de vergüenza y de bochorno, Y los que allí estaban, mis amigos y compañeros me miran y ríen, y dicen: “este tío miro en la dirección equivocada” y es que si ustedes de algo de mi ya leyeron entonces comprendieron que yo amo a las mujeres, que lo hombres como amigos, que no me busquen para nada más. Y yo, inocente de mi, creí que mi respuesta ya le bastaría y que a su sitio volvería. Pues por un rato lo hizo, pero al ataque volvería.

Y es que ustedes verán, si hubiese sido un jovencito ya madurito (a eso me refiero entre los 25 y los 35 años) al menos para un bailecito, una hubiera hecho el esfuerzo, pero cuando una se da la vuelta y lo que se encuentra es a un señor ya madurito, ya pasando los cincuenta, y siendo más bien feo pues una que ni se lo piensa y en el acto lo rechaza.
No se el tiempo que pasó, sólo recuerdo que el segundo cubata ya teníamos en la mano y que bailando (o intentándolo mejor dicho) yo me encontraba una de esas salsas con una de mis amigas, cuando el mismo personaje a mi lado otra vez se encontraba y casi al oído y sin darme tiempo a alejarme el muy tonto me dice: “por ti 3000 kilómetros andaría”, que si patatín, que si patatán. Y es que no se entera que él a mi no me interesa.Y de nuevo le digo NO GRACIAS, NO ME INTERESAS.

Así, les puedo asegurar que huyendo de sus garras la noche pasé, pues dos negativas no le bastaron que tres veces más me viniera a abordar. Hasta la misma puerta de salida ya, al punto de marchar, de nuevo me intento abordar, pues por suerte abortado fue el ataque que al coche nos subimos y a casa ya pudimos marchar.

Hasta aquí llegó la historia de mi salida de anoche. Espero la disfruten pues a pesar de cierto personaje yo mi noche también disfruté.

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